martes, 3 de noviembre de 2009

Mar Muerto

Mar Muerto
ים המלח
Yam Ha'Melaj
Dead Sea by David Shankbone.jpg
País Flag of Israel.svg Israel
Bandera de Jordania Jordania
Flag of Palestine.svg Territorios palestinos
Localización 31°20′N 35°30′E / 31.333, 35.531°20′N 35°30′E / 31.333, 35.5
Superficie 625 km²
Cuenca 41,650
Altitud -422 msnm
Costa 135 km
Profundidad 378 m
Tipo endorreico
hipersalino
Afluentes Río Jordán

El mar Muerto (hebreo ים המלח Yam Ha'Melaj, árabe البحر الميت Al Bahr al Mayyit) es un lago endorreico salado situado a 416,5 m bajo el nivel del mar entre Israel, Jordania y los Territorios Palestinos. Es de hecho el lugar más bajo de la Tierra, ocupando la parte más profunda de una depresión tectónica atravesada por el río Jordán y que también incluye el lago de Tiberíades. También recibe el nombre de lago Asfaltitis, por los depósitos de asfalto que se encuentran en sus orillas, conocidos y explotados desde la Edad Antigua. Tiene unos 76 km de largo y un ancho máximo de unos 16 km; su superficie es aproximadamente de 625 km². Recibe agua del río Jordán, de otras fuentes menores y de la escasa precipitación que se produce sobre el lago, y el nivel del mar es el resultado del balance entre estos aportes y la evaporación.

Fotografía satelital mostrando la situación del mar Muerto (al sur).

Es aproximadamente diez veces más salado que los océanos; la salinidad en el resto de los mares es de 35 gramos por litro. En el mar Muerto es de 350 a 370 gramos por litro, por lo que ningún ser vivo habita en él, salvo algunos microbios. Tan elevada salinidad es lo que impide a un ser humano hundirse en sus aguas, pudiendo flotar sin ningún esfuerzo, característica que le ha hecho mundialmente popular. Es rico en potasas, bromuro, yeso, sal y otros productos químicos que se extraen en gran cantidad y de manera muy económica. Las compañías israelíes y jordanas instaladas en la parte sur del mar Muerto, a ambos lados de la frontera, aprovechan dichos minerales para el desarrollo de una importante actividad económica. Para llevar a cabo el proceso de extracción de minerales, es necesario evaporar artificialmente agua del mar Muerto, proceso que contribuye al descenso de sus aguas, un hecho completamente evidente para todo aquel que visita la zona. Ambos países también utilizan las aguas del río Jordán, principal tributario del mar Muerto (es el único tributario en la práctica) para irrigar grandes extensiones de tierra agrícola.

La superficie era de 1.025 kilómetros cuadrados en 1945. Hoy apenas alcanza 625, y en algo más de 100 años tendrá la mitad de su actual extensión, según cifras oficiales. En ciertos puntos, la costa se halla hoy a 600 metros de donde se encontraba 20 años atrás.

La costa se ha alejado tanto, que a los turistas se les dificulta llegar al mar. Se crean áreas secas que se convierten muchas veces en zonas de barro imposibles de cruzar. También sucede que el agua que corre en dirección al mar desde las montañas, debido al descenso del nivel del mar, cava más profundo y hace peligrar la infraestructura, con desmoronamientos. Se forman huecos de 8 a 10 metros de profundidad y otro tanto de diámetro que aparecen en terrenos antiguamente inundados por las aguas, y provocan desmoronamientos de construcciones que obligan a adoptar medidas como la protección de la carretera 90, que conduce a Jerusalén.

la amenaza que viene del cielo

¿UNA PIEDRA ESPACIAL EN NUESTRO CAMINO?

Apophis, la amenaza que viene del cielo

07-25-2009 | EFE REPORTAJES /ISABEL MARTINEZ PITA
Científicos y astrónomos han alertado sobre la posibilidad de que esta piedra estelar termine colisionando con nuestro planeta

Planeta MADRID. Además de la crisis económica y el virus de la gripe A-H1N1, el asteroide Apophis se ha convertido en una nueva amenaza para la humanidad. Científicos y astrónomos han alertado sobre la posibilidad de que esta piedra estelar termine colisionando con nuestro planeta y origine un tsunami sin precedentes?

Aunque por su tamaño, unos 270 metros, nadie podría decir que entrañe peligro, sin embargo, el Apophis ha conseguido concitar el interés de los expertos de muchos países que intentan aunar sus esfuerzos para desarrollar la técnica espacial capaz de estudiar los asteroides que rondan la órbita terrestre. Con este fin, se ha celebrado recientemente en la ciudad de Granada la Conferencia Internacional sobre Defensa Planetaria, en la que han participado 180 científicos e ingenieros con el fin de investigar conjuntamente la tecnología necesaria para prevenir la colisión de cualquier asteroide sobre el planeta.

El astrofísico español Rafael R odrigo es presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y estuvo presente en la Conferencia. “Estamos sometidos a un bombardeo continuo de asteroides. Hay más de mil objetos de este tipo a los que se les denomina “con órbitas peligrosas” y con un diámetro suficientemente importante para que el impacto pueda producir una catástrofe, si no a nivel planetario, a nivel local importante, por ejemplo, la destrucción de una ciudad, un tsunami, etc.”, explica.

Sin embargo, las posibilidades que ofrece Apophis para los científicos es inconmensurable, porque aunque ahora se encuentra demasiado cerca del Sol como para poder ser investigado, las observaciones ópticas podrán ser renovadas para el año 2010. Y será a partir de 2029 cuando se podrá saber si realmente el asteroide colisionará con la Tierra. Rafael Rodrigo aclara todo lo relacionado con este asteroide y el riesgo que supone para la Tierra.

AÑO 2036, EN ÓRBITA DE COLISIÓN

¿Qué hay de verdad en las previsiones apocalípticas de Apophis?

Ciertamente Apophis es uno de tantos asteroides de esa dimensión que tienen una órbita cercana a la Tierra. Fue descubierto en el año 2004 y, aunque en la actualidad no tiene una trayectoria de impacto, se calcula que en el año 2036 podría encontrarse en una órbita de colisión, pero esta posibilidad es una de entre 45 mil. Depende de varios factores que, a medida que se acerque, iremos conociendo con mayor precisión como son la dimensión real, la densidad y la velocidad de giro del asteroide.

¿Cuál es la importancia de este asteroide y por qué ha suscitado tanto temor?

Cuando un asteroide se encuentra en una órbita cercana a la Tierra despierta mucha expectación, aunque sabemos que la probabilidad de impacto de un asteroide de este diámetro sucede una vez cada 10 mil años en la historia geológica del planeta; un asteroide un poco menor, de 50 ó 70 metros, impacta cada cien años. El último impacto importante fue a principios del siglo XX, en Siberia (Rusia). Pero todo es una probabilística, porque estamos sometidos continuamente a bombardeos de este tipo. En la vida de una persona la probabilidad de un impacto es muy pequeña, pero en la vida de la humanidad este riesgo existe, como existe también el riesgo de un tsunami. Las colisiones de asteroides sobre la superficie terrestre deberían de ser para nosotros catástrofes de tipo natural como puede ser un volcán, un terremoto, la diferencia en el caso de los asteroides es que podemos predecir sus impactos. En la actualidad, ya hay más de mil detectados. Lo que ahora se pretende es saber si somos capaces de realizar una misión tecnológica que pueda desviarlo de su órbita, mediante una explosión cercana y, en caso contrario, poder predecir dónde va a caer y desalojar esa zona si fuera habitada.

¿Qué es lo que la ciencia está haciendo en este sentido?

El astronauta español Pedro Duque, director general de la empresa Deimos Imaging, con la ayuda de científicos españoles, presentó el proyecto “Don Quijote” a la Agencia Espacial Europea donde pasó una evaluación muy positiva. Pero la Agencia no tiene una disposición económica para llevarlo a cabo, por lo que ahora se busca la colaboración entre los gobiernos y las agencias espaciales existentes para buscar todos juntos una misión de bajo costo e ir probando cuál es la tecnología adecuada para prevenir esta amenaza. En la NASA se investiga en el sentido de usar parte de su arsenal de bombas atómicas para lanzar algún misil, no con una trayectoria de choque, porque el destrozo de un asteroide podría producir muchos más impactos, sino mediante una explosión cercana que pudiera afectarle gravitatoriamente.

¿Puede ser el desarrollo de estos nuevos proyectos una nueva vía para la innovación tecnológica y, al mismo tiempo, la creación de puestos de trabajo de los que tan necesitados estamos?

En el caso de la ciencia espacial se requiere de una alta tecnología y un alto conocimiento, y cuando se generan misiones de este tipo se están generando cientos de empleos. Por cada empleo de I+D (Investigación más Desarrollo) se generan 10 empleos indirectos y unos 20 diferidos, además se crea una economía mucho más basada en el conocimiento, lo que no evita que se pueda entrar en otra crisis pero, por lo menos, no hacerlo como en la que sufrimos actualmente.